Schelfmeer

Los mares costeros o de plataforma rodean los continentes y son típicamente de aguas poco profundas: su límite cartográfico se sitúa donde la profundidad del agua en el borde continental supera los 200 metros. De media, hay entre 70 y 80 kilómetros entre la costa y el inclinado talud hacia profundidades mayores, pero en algunas zonas se pueden alcanzar los 1.500 kilómetros, como en el mar de Chukchi, en Siberia oriental. En última instancia, el fondo de los mares costeros no es más que la prolongación de los continentes bajo el agua y en el pasado, al bajar globalmente el nivel del mar durante las glaciaciones, grandes zonas del mismo estuvieron emergidas.

Page path:

Mares costeros

Aproximadamente un 8 % del mar se sitúa sobre una plataforma continental y, debido a la escasa profundidad, esta zona contiene sólo un 0,2 % del total de las aguas marinas. Sin embargo, el 99 % de las capturas pesqueras mundiales procede de estas regiones de mares someros y en sus costas viven dos tercios de la población mundial, en una franja costera de sólo 60 kilómetros de anchura. Es la zona marítima más afectada por la acción del hombre.

La influencia de la tierra en los mares costeros

La extensión, inclinación y geología de los zócalos continentales están determinadas por numerosos factores, incluida la actividad tectónica de la corteza terrestre. Aunque el agua de los mares costeros procede de los océanos abiertos limítrofes, la proximidad de los continentes y el flujo de las mareas influyen notablemente en las condiciones de vida de la flora y fauna marina en las aguas someras.

Por regla general, los sedimentos son más gruesos y diversos que en las profundidades marinas. En parte son de origen biológico y en parte proceden de la erosión del continente limítrofe. Haciendo una comparación global, en la aportación de sedimentos desde la tierra al mar destaca un pequeño número de ríos, en su mayoría tropicales: más del 89 % de los sedimentos aportados por los ríos se depositan en aguas tropicales y se estima que un 40 % de dichos sedimentos son depositados por sólo dos sistemas fluviales, el Huang He (o río Amarillo) y el Ganges-Brahmaputra.

Probablemente, el suelo blando sin vegetación sea el hábitat más extendido en los mares costeros, aunque las hierbas marinas y los lechos de algas ocupen zonas importantes. Sin duda, los arrecifes de coral constituyen uno de los hábitats más espectaculares de los mares costeros tropicales y proliferan sobre todo en las zonas donde la aportación de sedimentos terrestres es insignificante.

La afluencia de agua dulce procedente de precipitaciones y ríos o la evaporación debido a la intensa radiación solar influyen en la salinidad y densidad del agua del mar. Además, la temperatura del agua puede estar sometida a fuertes fluctuaciones estacionales o a valores extremos y, bajo la influencia de los vientos, se puede producir una mezcla de capas de agua que llegue hasta el fondo, algo típico en los mares costeros.

Nutrientes procedentes de la tierra y de las profundidades

Con la afluencia de aguas procedentes de los ríos y de la atmósfera se aportan nutrientes y oligoelementos que favorecen especialmente el desarrollo de la vida vegetal en las capas de agua donde penetra la luz y que, en última instancia, constituyen la base alimenticia de los abundantes peces de los mares costeros. No obstante, el aporte excesivo de nutrientes, procedentes sobre todo de las aguas residuales urbanas, la agricultura y el tráfico marítimo, constituyen un problema debido a la eutrofización de las aguas. Este fenómeno ocasiona un desarrollo masivo de algas planctónicas y bentónicas, que sobrepasan la capacidad de descomposición y que modifican intensamente la comunidad biótica marina.

Pero a los mares costeros no sólo llegan nutrientes procedentes de la tierra y la atmósfera. En las costas occidentales de los continentes asciende agua fría rica en nutrientes desde unos 300 metros de profundidad a lo largo de la plataforma continental hasta la superficie, en las denominadas grandes zonas de afloramiento. La producción de fitoplancton en estas zonas alcanza los valores máximos que se dan en mar abierto y supera a la de los mares costeros.

Representación esquemática del mares costeros
Los mares costeros rodean los continentes y, a partir de una profundidad de unos 200 m, dan paso a los taludes continentales. La plataforma continental atlántica (arriba) es más ancha que la pacífica (abajo) y el talud desciende hasta una profundidad moderada.
Floración del fitoplancton
Los ríos de China oriental arrastran sedimentos de color marrón hasta el mar Amarillo. La carga de nutrientes del agua fluvial fomenta la floración del fitoplancton en las aguas someras del mar costero.

Representantes típicos

Fitoplancton: Algunas especies de fitoplancton prefieren como hábitat la denominada provincia oceánica, es decir, la zona alejada de las costas, en lugar de la provincia nerítica, o zona cercana a las costas; otras especies habitan en ambas zonas. El fitoplancton de los mares costeros está dominado por las diatomeas, mientras que en las aguas tropicales y subtropicales revisten mayor importancia las algas dinoflageladas. En las latitudes templadas, a menudo las dinoflageladas suceden a las diatomeas en el transcurso del año.

Los dinoflagelados pertenecen a los organismos más multifacéticos ya que no sólo son capaces de realizar la fotosíntesis, sino que también pueden absorber directamente partículas orgánicas y, de este modo, hacen desaparecer la frontera entre fitoplancton y zooplancton. Algunas especies producen durante su floración una coloración rojiza de las aguas, las denominadas “mareas rojas”, que son temidas por su toxicidad para los peces y cuyas toxinas pueden acumularse en los moluscos. Pero algunos organismos dinoflagelados, como la especie Noctiluca miliaris, también son los responsables de la fascinante aparición de fenómenos de bioluminiscencia (luciérnagas marinas) observables de noche.

Zooplancton: El grupo más importante de animales del zooplancton son los copépodos y cladoceros, pertenecientes a los crustáceos, que pasan su ciclo vital completo en el plancton. En las proximidades de las costas es importante la presencia de larvas de organismos bentónicos, como los nauplios de los balanos o bellotas de mar (cirrípedos) o los diferentes estadios de una gran diversidad de crustáceos, que sólo pertenecen al zooplancton durante una fase de su ciclo vital. A estas formas mesopelágicas pertenecen también muchas medusas. Al igual que ocurre con el fitoplancton, entre las especies del zooplancton hay algunas que prefieren el hábitat nerítico o el oceánico, o bien están presentes en ambos.

Diatomeas
Diversidad de formas de las diatomeas vistas al microscopio. Las diatomeas utilizan silicio para construir sus paredes celulares.

Necton: Además de los peces, también calamares, tortugas y mamíferos marinos forman el necton, es decir, aquellos animales dotados de medios de locomoción capaces de contrarrestar el movimiento de las aguas. Muchas de estas especies emprenden extensas migraciones a lo largo de su vida, tanto en horizontal, entre la zona nerítica y oceánica, como en vertical, entre las zonas superficiales y las más profundas. Estas migraciones han sido bien estudiadas en el caso de especies de interés pesquero como el bacalao, la solla, el arenque o la caballa. A menudo, las migraciones están relacionadas con la reproducción, cuando las zonas de desove, cría y alimentación están separadas espacialmente.

El número de especies de peces que viven cerca del fondo es diez veces mayor que en aguas abiertas (zona pelágica). Peces como las rayas o las platijas están especializados para la vida en la superficie del suelo marino, gracias a sus cuerpos planos y ojos en la parte superior. Por el contrario, la mayoría de los peces de la capa superior del agua (epipelágicos) tienen un cuerpo hidrodinámico y son nadadores rápidos. Los peces que se alimentan de plancton, como los arenques o las anchoas, forman grandes bancos o cardúmenes, algo sin duda ventajoso en las aguas abiertas sin protección. Pero también algunos peces depredadores como las caballas o los atunes son peces gregarios.

Cadenas tróficas cortas

Debido a su riqueza en nutrientes, los mares costeros son entre dos y cinco veces más productivos biológicamente que el océano abierto. Durante la fase de crecimiento, la absorción de nutrientes y oligoelementos por parte del fitoplancton reduce la concentración de los mismos y esto, a su vez, limita el crecimiento de la población. Naturalmente, una parte del fitoplancton es devorado por el zooplancton, los peces y las ballenas, a partir de cuyas excreciones se liberan nuevos nutrientes en la zona iluminada, denominada eufótica, que pueden ser reutilizados de nuevo.

Al morir el plancton, los nutrientes se hunden finalmente en el fondo marino y forman la base alimenticia para los organismos bentónicos, como bacterias, esponjas, moluscos, ascidias, etc. Estos organismos bentónicos transforman el material que se precipita hasta el fondo mediante un proceso de remineralización y, gracias a las corrientes, los nuevos nutrientes fluyen de vuelta hacia arriba por la columna de agua. Dado que la mayor parte de la remineralización se desarrolla en los sedimentos, la proximidad entre el fondo marino y la zona eufótica productiva constituye una importante diferencia con respecto a las condiciones en los océanos profundos.

De ahí que, en comparación con las condiciones en el océano abierto, las cadenas tróficas en los mares costeros sean más cortas. Los principales productores son las diatomeas y dinoflageladas que son devoradas principalmente por copépodos y cladoceros, éstos últimos sirven de alimento al zooplancton depredador, como los ctenóforos, o a los peces que se alimentan de plancton como los arenques, las anchoas y las sardinas. Así pues, sólo hay tres niveles hasta estas especies de interés pesquero. La cadena trófica puede ser aún más corta en zonas de afloramiento como en las costas peruanas, donde la anchoa se alimenta directamente del fitoplancton que vive en colonias.

Medusa
La mayoría de las especies de medusas capturan pequeños organismos planctónicos con las células urticantes de sus tentáculos. (Photo: P. Auster, NURP)
Enjambre de los pescados
Muchos animales del necton se reúnen para formar cardúmenes. Dentro del cardumen, cada pez se orienta por su vecino e intenta mantenerse siempre a la misma distancia.

Mas temas