"Flows", la película rodada durante cinco meses, en y en los alrededores de Tulum, Estado de Quintana Roo, México, conlleva al espectador a un viaje sin precedentes, descubriendo el acuífero bajo de la península de Yucatán y explorando las conexiones entre una serie de aguas hermosas y únicas.
El director Klaus Thymann nos lleva a través de la tierra, el aire y el mar a un sistema de cuevas inundadas, donde también poder ver la increíble y reflectante Fata Morgana, donde el agua salada y el agua dulce se encuentran sin mezclarse, como en un abismo etéreo.
A lo largo de la película, los espectadores verán arrecifes de coral y de barrera, especies acuáticas, un vasto sistema de ríos submarinos, la reserva marina de Sian Ka'an, bosques de manglares tropicales y mar abierto, que se enfrentan con maestría a los desafíos tangibles de una industria turística en constante expansión que afecta a la construcción, el desarrollo insostenible y la corrupción relacionada con ella.
Honesta y visualmente impresionante, "Flows" desafía el concepto del ecosistema al contemplar el agua como una entidad única y unificada y al subrayar la importancia de preservar y proteger todos los cuerpos del agua.
El director Klaus Thymann sobre "Flows":
"Los arroyos vinieron de un largometraje que hice para The Guardian, donde conecté los puntos, por así decirlo, y mostré las conexiones entre los diferentes, así llamados, ecosistemas de la península de Yucatán." Esto creó la idea de hablar del agua como una unidad y no como unidades separadas.
Es estupendo que se anuncien nuevas grandes áreas marinas protegidas, pero creo que también necesitamos incluir los ríos subterráneos. De eso se trata en "Flows".
En colaboración con la Lighthouse Foundation, "Flows" fue escrito y filmado por Klaus Thymann con la participación de importantes actores comprometidos con la preservación y protección de la costa mexicana. La música es de Thom Yorke de Radiohead.
"Flows" te lleva en un viaje a través de los sistemas de cuevas de la Península de Yucatán en México. "Flows" le muestra imágenes únicas desde el aire y bajo el agua, que le llevan a más de un kilómetro de profundidad hacia un sistema de cuevas subterráneas. Con la música de Thom Yorke.
Los Cenotes en Yucatán
Una gigantesca red de galerías, conductos, grietas y cámaras se extiende por el suelo calcáreo de la península de Yucatan, al este de México. Los expertos la consideran el sistema de cuevas conexas más grande del mundo. Tiene una extensión de cientos de kilómetros, aunque nadie sabe con certeza su extensión exacta.
Con el descenso del nivel del mar durante la edad de hielo la roca carbonatada quedó al descubierto. Se produjo la karstificación y meteorización intensas de la roca bajo la superficie terrestre. La karstificación aclara también la casi completa ausencia de ríos y lagos en la parte norte de la península. El vertido de las aguas pluviales sucede aquí de manera subterránea a través de un extenso sistema de cuevas. Sin embargo, la karstificación es observable en la superficie a través de innumerables agujeros con forma de pozo en los techos de cuevas calizas llamadas “cenotes”. El término proviene del maya “ts`onot” que significa “fuente sagrada”. A través de estos cenotes es posible acceder a las corrientes de agua subterráneas. En Yucatán existen más de 3.000 cenotes, los cuales ya en la era prehistórica eran importantes para los humanos.
De ello dan fe, por ejemplo, las hogueras y los huesos humanos encontrados en los extensos laberintos por arqueólogos subacuáticos en sus expediciones. El carbón vegetal tiene una antigüedad de 8.400 años. Con estos datos se debió adelantar la fecha de la llegada de los primeros habitantes de la península en relación a lo que se creía de acuerdo a los conocimientos existentes.
En ese entonces era posible hacer hogueras en las cuevas pues el nivel del mar era unos 65 metros más bajo de lo que es ahora. El laberinto subterráneo excavado por el agua de lluvia estaba en ese entonces seco, como aún hoy lo demuestran las estalactitas y estalagmitas en las aguas cristalinas. Al finalizar la última edad de hielo se derritieron los glaciares y el agua inundó las cavernas, lo que conservó estas reliquias de la antigüedad. En las cuevas se mantiene una temperatura constante a 26 grados, la corriente es débil, la oscuridad completa.
Ya en el Periodo Clásico maya los cenotes tenían un nivel de agua alto, pues este depende del nivel del mar. Los cenotes eran de vital importancia para los mayas, pues en Yucatán no existen casi ríos de gran envergadura. Pero los mayas no sólo tenían allí su fuente de agua potable. Las ofrendas a los dioses eran tiradas en estos profundos agujeros: muertos y vivos. Sólo en el cenote más grande de la ciudad Chichén Itzá han sido encontrados más de 120 esqueletos humanos.