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- Filipinas: El proyecto FARMC terminó en 2012
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Durante siete años Gloria C. Díaz y su socio trabajaron en el desarrollo de su proyecto en las Filipinas. Durante las tres fases del proyecto se ha elaborado y ensayado, junto a los pescadores y sus comunidades, un modelo que asegura el desarrollo sostenible de las aguas costeras. Ahora el concepto pasará a formar parte del programa del gobierno para todo el país.
Un reporte de Gloria C. Díaz
El proyecto FARMC, a pesar de que debido a su limitación a unas pocas comunidades en relación con todo el territorio del país pueda parecer pequeño, ha prestado su contribución al programa nacional.
Los FARMC son gremios compuestos por representantes del "fisherfolk", es decir, de todos aquellos que directa o indirectamente viven de los recursos marinos. Por ley deben constituirse estos gremios en todos los municipios filipinos, para que presten asesoría a los órganos administrativos locales con competencia sobre las aguas costeras. El proyecto estuvo dirigido a desarrollar las facultades de los FARMC como socios dinámicos y efectivos de las comunidades para una gestión integrada de las zonas costeras. En tal sentido, las actividades estuvieron concentradas en el papel crítico sobre todo de los pescadores en el aprovechamiento sostenible de los recursos marinos y costeros así como en su calidad de miembros de los FARMC.
En los últimos siete años, el número de FARMC creados ha alcanzado la cantidad crítica y hemos organizado ahora consejos en casi todas las 924 comunidades y ciudades costeras. Además, hemos constituido más de 150 FARMC en regiones del interior y regiones montañosas junto a lagos, ríos, pantanos y otras fuentes de agua dulce.
La constitución de FARMC que cubran todo el territorio, tarea de la que soy responsable como empleada de la oficina de pesca y recursos acuáticos (BFAR, por sus siglas en inglés, autoridad bajo competencia del ministerio de agricultura filipino), puede ser una labor muy desalentadora, teniendo en cuenta las 7.107 islas del archipiélago filipino, en las cuales, además, se hablan diferentes idiomas. El proyecto me ofreció la oportunidad única de visitar los FARMC e instruirlos para reaccionar de manera adecuada ante los problemas de las aguas costeras comunales. En ocasiones, los mismos FARMC ofrecieron soluciones innovadoras que iban más allá de nuestras propias expectativas.
Gestión de la pesca
Las estrategias de control que desarrollamos en los lugares del proyecto, en especial las actividades relacionadas con el banco de datos electrónico de pesca NEMO, eran novedosas y, por tanto, estaban llenas de desafíos. Queríamos que la comunidad de pescadores se involucrara directamente en cada fase para que pudieran así sentirlo como algo suyo, pues esta es la única vía para una introducción con éxito del sistema. Al contrario del método ordinario de encargar a científicos el cálculo de las poblaciones de peces, debían ser los mismos pescadores los encargados de recoger los datos sobre sus capturas diarias. Con ello se aseguraba que los pescadores confiaran en los datos, lo que desgraciadamente no hacen, cuando los investigadores reúnen estos datos y les presentan finalmente los resultados.
Tras un año registrando datos, ellos confirmaron la exactitud de los datos y de su análisis y defendieron la precisión de los datos recogidos por ellos mismos, con ocasión de una presentación pública del FARMC para la comunidad de Aroroy. La confianza en esta base de datos fomentó también las posibilidades de toma de decisiones y la colaboración en los procesos de trabajo posteriores, por ejemplo, en la redacción de resoluciones y de otras medidas de gestión pesquera, las cuales pudieron ser aplicadas con éxito en Aroroy (expulsiones del área protegida, introducción de métodos de pesca respetuosos, ordenación territorial, etc.).
El objetivo de NEMO es que los pescadores conozcan los recursos con los que cuentan, pues a partir de dicho conocimiento nace la valoración y esta valoración constituye la base de la previsión y la protección a través de medidas adecuadas para asegurar una explotación sostenible de los recursos.
Inmediatamente después de que la autoridad nacional expidiera el memorando sobre la introducción del sistema de seguimiento NEMO a través de los FARMC, se comenzaron a impartir los cursos respectivos en la región de Davao, en la Isla de Mindanao. La región de Bícol, en el sur de la Isla de Luzón, fue la siguiente y esperamos que otras regiones sigan el ejemplo. Entre tanto, muchos FARMC han comenzado a recoger datos de capturas. Hay que destacar que las administraciones locales apoyan el programa completamente.
Protección de los manglares y reforestación
Los "Special Project – On-site Trainings", abreviados SPOT, fueron pequeñas propuestas y actividades previstas por el proyecto de la Fundación Lighthouse para ofrecer a los FARMC la posibilidad de desarrollar en la práctica medidas concretas en su área de influencia.
Con el SPOT sobre gestión de manglares, que ejecutamos en la primera fase, logramos reforzar la conciencia de los pescadores no solo en relación con los peces, sino también dirigir su atención hacia los ecosistemas relacionados que influyen en la productividad de la pesca. Antes del proyecto FARMC, el BFAR carecía de un programa propio sobre gestión de manglares, pues estos se encuentran bajo la competencia del Ministerio de Medio Ambiente. Sin embargo, los FARMC no pueden ignorar los manglares simplemente porque estos le correspondan a otra área administrativa. Mediante los SPOT se impartieron conocimientos sobre la conexión de los manglares con diferentes especies de peces y sobre la gestión de los manglares y pudimos motivar a los pescadores a asumir responsabilidades en relación con los manglares y, de esta manera, a hacer algo por la pesca. Pudimos movilizar a las comunidades en torno a la reforestación de sus humedales y ellas recibieron el apoyo de estudiantes y grupos de voluntarios.
En el 2008, la oficina del programa FARMC a nivel nacional, a la que pertenezco, transformó la plantación de manglares en un programa de actividades nacional y con la primera actividad nacional de plantación para la conservación de la biodiversidad, prestó también una contribución en la lucha contra del cambio climático.
Los FARMC organizaron las actividades de plantación y fueron acompañados por otras agencias, la policía, grupos de voluntarios, medios de comunicación e incluso las fuerzas armadas. Durante el año se plantaron alrededor de medio millón de manglares junto a las costas y en las cuencas hidrográficas del interior se plantaron árboles como protección contra la erosión. Hasta el 2011, los FARMC han podido plantar más de dos millones de manglares, el equivalente a una superficie de más de 200 hectáreas.
Sorprendentemente, la reforestación de los manglares se ha convertido en los últimos tiempos en una prioridad para el BFAR, que dio instrucciones a todas las oficinas regionales para que intensificaran el apoyo a las medidas de reforestación a nivel nacional. Valoro también este progreso como otro logro de nuestro proyecto.
Sobre ballenas y delfines
De igual manera, en las primeras fases del proyecto pusimos especial atención en las especies amenazadas y los miembros de nuestros FARMC recibieron entrenamiento, por ejemplo, para rescatar mamíferos marinos encallados. Tuvimos una resonancia muy positiva en los FARMC con este primer entrenamiento e hicimos un seguimiento a esta pequeña iniciativa en el transcurso de los años, la cual, finalmente, ha sido ampliada a escala nacional por mi oficina en colaboración con Ocean Adventure (un parque de atracciones sobre temas marinos al norte de Manila) y la Universidad de las Filipinas (Instituto de Ciencias Ambientales y Meteorología).
Esto incluía la formación de todos los coordinadores regionales de los FARMC del país, así como la organización de talleres sobre el tema en las regiones Luzón, Visayas y Mindanao, en los cuales los miembros de los FARMC eran el grupo mayoritario. Gracias a esto estábamos, por fin, en condiciones de establecer una red nacional de equipos capacitados, lo que, por una parte, condujo a una sensibilización acerca de estas especies amenazadas y por la otra, hace posible la reacción eficiente en caso de encallamiento de mamíferos marinos y también de tiburones o tortugas marinas.
Estímulo a la imitación
En los dos años anteriores pudimos introducir con éxito un sistema de estímulos para los FARMC a través del BFAR: la búsqueda del "FARMC sobresaliente" en las Filipinas. De esta manera se identifican las contribuciones especialmente valiosas de los FARMC a un desarrollo sostenible de los recursos costeros y la pesca y se fomentan las herramientas participativas de gestión.
Anteriormente, en el grupo de trabajo técnico del FARMC nacional, del cual soy presidenta, habíamos trabajado durante varios años en los criterios para los FARMC especialmente "buenos". Las bases para ello provenían de la segunda fase del proyecto, en la cual ya habíamos trabajado en la formulación de las diferentes etapas de desarrollo de los FARMC. Esta fue la base para los criterios de elección de un "FARMC sobresaliente". El sistema de estímulo, autorizado por el Ministerio de Agricultura, ofrece a los FARMC nominados un premio en metálico, que pueden utilizar para muchas actividades. Debido al éxito del programa, el BFAR duplicó el premio en metálico original a 300.000 pesos (aprox. 5.300 EUR) y adicionalmente al premio, el director autorizó una económica por un valor de un millón de pesos (aprox. 17.800 EUR) para medidas de protección de la pesca y proyectos sobre medios de subsistencia del primer ganador. La gente del FARMC derramó lágrimas de alegría al recibir la inesperada distinción, la cual fue entregada por el Presidente de la República de las Filipinas en el palacio presidencial. Esto causó mucha alegría a los FARMC distinguidos… ¡y a los alcaldes también!
Algo ha cambiado
El proyecto puso especial atención en la sensibilización de la gente sobre los asuntos del medio ambiente marino y contribuyó a un mejor entendimiento entre los usuarios de los recursos. Esto motivó a las administraciones de las comunidades costeras para participar activamente en las medidas para la conservación de los recursos marinos y la protección de la biodiversidad y a la participación de los diferentes grupos de usuarios en los procesos de toma de decisión. El proyecto contribuyó al impulso económico de las comunidades mediante medidas para el desarrollo de la pesca sostenible y fomentó el desarrollo de una conducta responsable de los usuarios del mar para la protección y el aprovechamiento sostenible de los recursos marinos. A través de sus estrategias y medidas para la transmisión de conocimientos, el fomento de las habilidades sociales y la participación en la gestión de las zonas costeras, el proyecto ha dado ejemplos de desarrollo sostenible, más allá de las comunidades involucradas en el proyecto.
Los instrumentos para la gestión de la pesca, introducidos y probados en el transcurso del proyecto, se han mostrado eficaces en especial medida. El desarrollo del concepto y del software para un sistema de base de datos para el seguimiento de las capturas de peces, la acumulación de experiencias sobre el manejo del instrumento y su adaptación y perfeccionamiento respecto a los tres lugares del proyecto, motivó a la oficina de pesca y recursos acuáticos, como organismo competente en ese sector, a adoptar esta fórmula en un programa nacional, cuya aplicación en todo el territorio nacional ya ha comenzado. En el programa estatal fue adoptado también el concepto de formación para líderes de las FARMC, llamado Core Group Building, desarrollado en el marco del proyecto, que fomenta las facultades de los miembros dirigentes de estos gremios en relación a su papel en la gestión participativa de la región costera. El BFAR apoya estas iniciativas y ha realizado cursos de formación a nivel nacional para los coordinadores de los FARMC, contando con la completa financiación por parte del organismo.
Bureau of Fisheries and Aquatic Resources (BFAR)
Los FARMC ponen de manifiesto la transmisión de responsabilidad a los principales interesados de la comunidad costera